Batalla de Zama

Con esta entrada inaugural voy a abordar una de las batallas más famosas de la antigüedad. Su trascendencia radica no sólo en el hecho de que su resultado decidió el fin de la Segunda Guerra Púnica, sino en que permitió ver en acción frente a frente a los dos más destacados generales de cada bando y de los más reconocidos de la antigüedad, Aníbal Barca y Publio Cornelio Escipión.

Publio Cornelio Escipión
Publio Cornelio Escipión «Africano» y Aníbal Barca

Tras 16 años de guerra de Hispania a Italia, finalmente el conflicto llega a África. En dos escasos años desde su desembarco en las cercanías de Útica, Escipión derrotó en diversos enfrentamientos a todas las fuerzas cartaginesas y de su aliado númida Sífax que le salieron al paso. El último de ellos ocurrido en Cirta hacia finales de la primavera de 203 a.C. Desde ese momento Cartago era asfixiada por el cerco al que comenzaba a someterla el general romano, decidiendo llamar a Aníbal, su último recurso, para que con su ejército de veteranos que se encontraba arrinconado en el Brucio, en el extremo suroccidental de la península italiana, acudiese en socorro de la gran urbe africana.

Los dos mejores generales de la guerra se volverán a ver las caras. Esta vez no será un pequeño enfrentamiento como ocurriera en Locri apenas tres años antes. Será la batalla definitiva.

Los cartagineses habían negociado una tregua con los romanos durante la cual aceptaron las condiciones de su rendición. Pero no se trataba más que de un ardid para dar tiempo a su héroe para que pudiera poner pie en África y se enfrentase al general romano y alejase el peligro de las puertas de su casa.

Antes de terminar el consulado de 203 a.C., Aníbal desembarcó en Leptis, localidad próxima a Hadrumento, situada a unas 70 millas al SE de Cartago. Fue nombrado jefe de las fuerzas militares de Cartago en sustitución de Hannón que le cedió los contingentes a su cargo y comenzó a alistar caballería para completar su ejército.

Recurre para ello al hijo de Sífax, Vermina, e igualmente a otros jefes tribales como Mesotulo que aporta 1.000 jinetes o Tiqueo que le trae 2.000. Pacta también con la tribu de los Areacides y se hace con 4.000 caballos de jinetes desertores que pretendían unirse a su ejército y que habían servido antes con Sífax y ahora lo hacían con Masinisa, tras matar a los mismos por sospechar una traición. A ello habría que unir los jinetes que pudiera traer de Italia (que probablemente dejaron sus monturas allí y que debieran ser númidas y brucios principalmente).

Asdrúbal Giscón, otro general púnico que había dirigido las tropas cartaginesas hasta unos meses antes, pone al servicio de Aníbal el contingente que había podido reunir, consistente en unos 8.000 infantes y 3.000 jinetes.

El hermano de Aníbal, Magón, que operaba en el noroeste de la península itálica, entre Liguria y la Galia Cisalpina, también recibe la orden de regresar a Cartago con sus tropas. Estas consistirían en unos 12.000 infantes que incluían a honderos baleares y soldados africanos, ligures y galos.

Adicionalmente, Aníbal cuenta con 80 elefantes africanos y con sus veteranos de Italia, estimados entre 15 y 20.000 hombres. Por último, habría que citar el envío de 4.000 infantes por parte de Filipo V de Macedonia, bajo mando de Sópater, como apoyo al bando cartaginés.

Un ejército que dependiendo de los autores contaría con una cifra de entre 40 y 50.000 infantes y no menos de 4.000 jinetes.

mapa Cartago Útica Zama
Territorio africano bajo control cartaginés

Acontecimientos previos

Rota la tregua con los romanos a raíz del apresamiento de los púnicos de una flota de suministro que embarranca junto a Cartago, Aníbal inicia sus operaciones dirigiéndose hacia Numidia Oriental. Este movimiento es interpretado por algunos como un intento de unirse con las fuerzas de su aliado Vermina (hijo de Sífax) o de aliviar la presión que Masinisa estuviese ejerciendo sobre él.

Allí toma la ciudad de Narce mediante una estratagema.

Escipión manda llamar a Masinisa quien reúne un contingente de 6.000 infantes y 4.000 jinetes. Desde las proximidades de Cartago, el general romano marcha hacia el interior del territorio donde se supone que se une a Masinisa. El ejército romano en África estaba compuesto por dos legiones reforzadas con sus correspondientes alae sociorum de aliados itálicos. Estos hombres eran en su mayoria los desterrados a Sicilia tras las derrotas en las batallas de Cannas de 216 a.C., 1ª de Herdonea en 212 a.C. y 2ª de Herdonea en 210 a.C.,  incrementados por 7.000 voluntarios traidos por Escipión de Italia. En total y tras dos años de campaña, debía contar con unos 25.000 infantes y alrededor de 2.500 jinetes.

Ante la cercanía del ejército púnico, Escipión decide poner en práctica una trampa, simulando su retirada hacia Cartago. Aníbal manda su caballería en persecución de los romanos, produciéndose un enfrentamiento entre jinetes cerca de Zama en el que los romanos salen victoriosos, mermando de esta manera este importante elemento del ejército cartaginés.

Escipión se entera de los problemas de abastecimiento del ejército de Aníbal y tiende una emboscada al convoy de suministro púnico al frente de la cual pone a su legado Quinto Minucio Termo. Este ocupa una colina que domina un paso estrecho y ataca de noche el tren de suministro matando a 4.000 hombres y capturando otros tantos además de la totalidad del avituallamiento.

mapa combate aníbal escipión minucio termo
Campaña año 202 a.C. Inicios

Esta situación empuja a Aníbal a buscar el enfrentamiento pese a que sus fuerzas tienen una procedencia poco homogénea y desigual formación militar.

Se produce una nueva tregua en la que Masinisa habría mediado, pero debido a la escasez de suministros en Cartago, el general cartaginés recibe la orden de forzar el combate. Escipión toma la ciudad de Partha y se aproxima a Naragara donde cuenta con facilidades para el abastecimiento, en especial de agua.

Los dos ejércitos acampan cerca y tras la captura de tres espías púnicos, se produce un último intento de no llegar a las armas mediante el parlamento entre ambos líderes. Las pretensiones de Aníbal de mejorar las condiciones pactadas tiempo atrás por Escipión con los mandatarios de Cartago, lleva a hacer inevitable la lucha.

Localización batalla zama escipión aníbal
Campaña año 202 a.c. Desenlace

Estando acampados ambos generales no muy lejos el uno de otro, Aníbal intenta mover su campamento a una colina cercana a la población de Cilla adelantando un destacamento. Su intención es mejorar su acceso a las fuentes de agua. Escipión, que goza de la cercanía a dicho recurso, se entera de los planes del general púnico y decide abortarlos. Apenas anochece, adelanta a su ejército a una posición que impide que su oponente alcance la colina y le confronta con ánimo de iniciar el combate. El ejército cartaginés se encontraba en movimiento camino de la elevación. Aníbal rehusa el combate y debe fortificarse de la mejor manera posible en un llano cercano. Su acceso al agua es pésimo y sus tropas deben pasar toda la noche en vela sin comer y cavando para poder establecer el campamento y contar con algún pozo.

Desarrollo de la batalla

Escipión presenta batalla a la mañana siguiente. Aníbal, sabedor de no poder permanecer en esa posición sin agua y de ser acosado por la espalda si inicia una retirada, decide aceptar el envite. Su ejército cuenta con no menos de 40.000 infantes, unos 4.000 jinetes y 80 elefantes. El romano con 25.000 infantes, no menos de 1.500 jinetes italianos y romanos a los que se suman los númidas de Masinisa y 1.600 de Decamas. Lelio mandaba el ala derecha y Cneo Octavio la izquierda de acuerdo a Apiano. Aunque Livio y Polibio difieren y sitúan a Lelio a la izquierda y en el lado opuesto a Masinisa con el mando de la caballería itálica y númida respectivamente. En la izquierda cartaginesa la caballería la mandaba el príncipe Massathes. En dicha parte estaba la caballería númida mientras en la derecha se hallaba la cartaginesa.

En vanguardia Aníbal alinea los 80 elefantes. Tras ellos las tropas de su hermano Magón (ligures, baleares, galos y mauros). En segunda línea separada de la anterior, cartagineses, africanos y macedonios. En tercer lugar y también espaciada de la linea precedente, sus veteranos de Italia, mayoritariamente brucios. En el ala derecha sitúa la caballería cartaginesa y en la izquierda la númida.

disposición ejércitos Aníbal y Escipión en Zama según Apiano
Disposición inicial de ambos ejércitos de acuerdo a Apiano

En ese instante se produce un hecho inesperado, un eclipse de sol, que será interpretado por los soldados como una señal divina.

El combate se inicia con la carga de los elefantes. En las alas, la caballería númida aliada de Roma, acostumbrada a su olor, logra sacar del campo de batalla a las bestias lanzándole armas arrojadizas desde sus monturas, pero en el centro de la línea, los paquidermos logran entrar en contacto con los velites. Estos les causan un gran daño, pero es necesario que los jinetes romanos e itálicos de la reserva utilicen los pasillos dejados por los manípulos para poder acercarse a ellos y puestos pie en tierra puedan también lanzarles sus jabalinas. Algunos elefantes prosiguen su marcha encaminándose a los mencionados pasillos entre manípulos que veían, momento en el cual eran lanceados con pilum y jabalinas por ambos lados. Otra parte se vuelve contra sus propias líneas tras la  acometida de los velites.

ataque elefantes velites caballería zama
Inicio de la batalla. Carga de los elefantes

Esta carga contra las líneas propias facilita el ataque de la caballería númida de Masinisa en el ala derecha a su contraparte también númida del ejército púnico a la cual pone en fuga, iniciando su persecución. Por el ala izquierda romana, Lelio puesto al frente de la caballería romana e itálica, se lanza contra la caballería cartaginesa poniéndola también en fuga. Tras estos acontecimientos, con ambas caballerías fuera de escena, se produce el choque de las infanterías. Los hastatii cargan contra la primera línea púnica. En el ala derecha romana, ante la presión ejercida, Aníbal debe intervenir para estabilizar la situación. En la izquierda por el contrario, los celtas y ligures ponen en severos aprietos a las tropas mandadas por Cneo Octavio y Escipión manda a Minucio Termo con refuerzos para socorrerlos.

choque inicial batalla zama
Choque de las caballerías y las primeras líneas de infantería.

Tras un cruento combate, los hastatii consiguen finalmente hacer retroceder a la primera línea cartaginesa, que se siente aislada ante la inacción en su apoyo de la segunda línea púnica, entrando en pánico. En su escape no pueden integrarse en el centro de su segunda línea pues esta le cierra el paso e incluso llegan a producirse combates fraticidas entre los que retroceden y los componentes de dicha segunda línea, por lo que deben huir por los flancos. Esto provocó que la longitud de dicha segunda línea creciera en sus extremos, aunque parte de los que se replegaban huyeron y otros se reagruparon en una colina cercana.

destrucción 1ªlinea púnica batalla zama apiano
Persecución de la 1ª linea púnica por los hastatii.

Con esta maniobra de alargar los extremos de su formación, Aníbal intentaba nuevamente meter a un ejército romano contra el centro de la misma y rodearlo con las alas. Pero Escipión no iba a dejarse engañar tan fácilmente y respondió haciendo retroceder a los hastatii que perseguían los restos de la primera línea púnica, reagrupándolos en el centro de su propia formación por delante de lo que había sido el frente en el que yacían los cadáveres de este primer choque. Se repliega a los heridos de esta línea y Escipión dispone que sus prínceps se adelanten y pasen a las alas, cubriendo ese lado a los hastatii. De este modo alarga su línea y evita el flanqueo que pudiera producirse al estirarse la segunda línea púnica con los que huyen de la primera linea. Vuelven a chocar ambos ejércitos y los romanos muestran su superioridad haciendo que la segunda línea púnica vuelva a ceder terreno y se repliegue hacia la posición de la tercera que de nuevo le cierra el paso obligándola a acudir a las alas.

Batalla zama choque 2ª linea apiano
Choque con la 2ª linea púnica

Escipión emplea a los triarii mándándolos a los extremos de su formación de manera que compense el aumento de extensión de la línea cartaginesa. Se reaviva el encuentro con el choque contra dicha tercera linea y el combate se encona, pero tras el regreso de la caballería romana y númida, cercan y aniquilan al ejército de Aníbal causándole 20.000 muertos y otros tantos prisioneros. Algunos hispanos y númidas desertaron al bando romano. Estos por su parte tienen 2.500 muertos y otros tantos de Masinisa.

batalla zama 3ª linea apiano
Enfrentamiento con la 3ª línea cartaginesa. Regreso de la caballería de Lelio y Masinisa

Aunque este momento es citado por Livio y Polibio como el desenlace del encuentro, de acuerdo a Apiano, Aníbal habría realizado un último intento. Tras el ataque de la caballería romano-númida contra su 3ª línea, Aníbal encuentra un contingente de caballería númida propio, al cual lanza contra la caballería de Masinisa a la que contendría, mientras el grueso de sus fuerzas persisten en la lucha en franca retirada. Los romanos iniciarían una apresurada persecución de estos restos. En una colina cercana efectivos hispanos y celtas (probablemente restos de su 1ª línea, aunque entre esta no se citaban hispanos sino baleares) comandados por Aníbal se lanzan contra los perseguidores romanos.

Últimos movimientos de Aníbal. Batalla de Zama.
Último intento de Aníbal de aprovechar la desorganización debida a la persecución de su 3ª línea

Nuevamente Escipión ordena que se  reagrupen sus fuerzas, evitando poder ser cortados por el contingente púnico que acaba de entrar en liza. Tras esto los cartaginesas, en neta inferioridad, sucumben definitivamente. Aníbal escapa y pasa la noche en Thon.

Fin combate. Huída Aníbal
Reagrupamiento romano y fin del combate. Aníbal huye

Allí llegan contingentes de su ejército huidos, principalmente jinetes hispanos y brucios, pero el general cartaginés teme que lo entreguen por lo que marcha hacia Hadrumentum donde había dejado una parte de su ejército guardando sus suministros.

Las tropas romanas saquean el campamento púnico y retornan a Útica con el botín.

Vermina, hijo de Sífax, viene en socorro de los cartagineses con una fuerza de caballería y algo de infantería. Escipión se dirige a interceptarlo con la totalidad de su caballería y una parte de su infantería. Lo ataca en marcha matando a 15.000 hombres y capturando a 1.200 infantes y 150 jinetes. Vermina logra huír. Esto sucede coincidiendo con las Saturnales, que tienen lugar el 17 de diciembre. El calendario ese año probablemente tenía algo de adelanto con respecto al actual, que dependiendo de los autores se estima en 3 ó 6 semanas, lo que lleva el combate a la primera o última semana de noviembre de 202 a.C.

El nuevo cónsul Cneo Léntulo llega a Útica con 50 naves de guerra y 100 transportes. Esto debe tener lugar en el mejor de los casos en torno a primeros de abril de 201 a.C, pues la toma de posesión era en torno a los idus de marzo y además debe partir desde Roma y llegar a África. Él tendrá el mando naval y Escipión el terrestre. Escipión llena los transportes con el botín y los despacha a Roma con Lelio. Cneo Octavio se dirige con todas las fuerzas terrestres ante Cartago para impresionar a los habitantes y forzar la paz. Escipión une las naves de Léntulo a las suyas y cerca el puerto de Cartago por mar. De la ciudad parte una embajada en barco para pedir la paz. Escipión les ordena ir a Tunes donde trasladará su cuartel general. Retorna a Útica con sus naves junto a las tropas que manda Cneo Octavio.

Escipión se dirige entonces a Tunes al mismo campamento que ya levantara en su día y recibe allí a la embajada púnica.

Se inician nuevas conversaciones. El general cartaginés Aníbal, mientras, comienza a reconstruir su ejército. De acuerdo a Apiano consigue juntar 60.000 infantes y 500 jinetes en la localidad de Marthama. Los cartagineses contrarios a pactar con Roma envían una flota a recoger suministros acopiados por Aníbal pero una tormenta los dispersa por lo que finalmente deciden aceptar las condiciones de Escipión y enviar una embajada a Roma junto con consejeros del propio Escipión. El general romano no deseaba que el nuevo cónsul Cneo Cornelio Léntulo le privara del mando por lo que forzó el acuerdo, lo que induce a pensar que el mismo tuviera lugar antes de la llegada de Léntulo a África.

Conclusiones

Hay una gran variedad de opiniones respecto al desarrollo de la batalla y los motivos que hicieron que los hechos sucediesen de la manera en que describen los historiadores. Desde un pobre desempeño de Aníbal que podría esconder algún tipo de pacto o desencanto con la dirigencia cartaginesa, pasando por los que hablan de poco tiempo para cohesionar a sus hombres de variopinta procedencia, otros que inciden en su inferioridad en caballería como el factor clave, hasta los que dan la explicación más sencilla y afirman que su oponente fue mejor.

Desde estas líneas voy a tratar de abordar una serie de hechos, apoyándome en las fuentes históricas, en las cuales baso mis propias impresiones.

El primer análisis es referido a las cifras de bajas púnicas habidas. De acuerdo a la mayoría de autores estas ascenderían a unos 20.000 muertos y otros tantos capturados. De la descripción de la batalla y la composición de sus fuerzas sabemos que las dos primeras líneas estaban integradas por unos 12.000 hombres la primera (los que repliegan de Liguria del ejército de Magón), y no menos de otros 12.000 la segunda (los entregados por Asdrúbal Giscón y Hannón a Aníbal que serían 8.000 infantes en el caso del primero y un número indeterminado el segundo, más los 4.000 macedonios de Sópater). La tercera línea, constituida por la infantería veterana de Aníbal traida de Italia, no debía bajar de los 16.000 hombres. Esto nos da un total de más de 40.000 infantes.

Se dice que sólo unos pocos soldados lograron huir, pero por la descripción, parece que mayoritariamente sean jinetes (Apiano cuenta que Aníbal huye a un pueblo llamado Thon donde encuentra jinetes hispanos y brucios). Si tomamos como cifra global para la infantería de Aníbal los 40.000 hombres (12.000 + 12.000 + 16.000) y para la caballería unos 4.000, tendríamos que como 20.000 perecen y otros 20.000 son capturados, el cómputo da que unos 4.000 logran huir. Dado que el combate es descrito de manera que las dos primeras lineas son desarboladas y los que logran retroceder incluso pudieron enfrentarse a sus compañeros o debieron acoplarse en las alas, parece lógico deducir que los 20.000 muertos son en su mayoría hombres de estas dos líneas cuyo total ascendería a unos 24.000 soldados. La primera conclusión es obvia: Los veteranos de Aníbal constituyen mayoritariamente el colectivo que se rinde en masa y el que huye. Si esto es así, el duro combate que nos describen no parece que los desgastara en exceso, y la llegada de la caballería lo que provocó fue una rendición masiva, no un aniquilamiento como pudiera pensarse. Por otro lado parece que los huidos sean jinetes en su mayoría, por lo que dadas las cifras de infantes que coinciden prácticamente con las de muertos y prisioneros, cabe pensar que la caballería escapó en su mayor parte (aunque esto se contradice con el detalle que da Apiano de que Aníbal reconstruía sus fuerzas cuando se alcanza el tratado de paz definitivo y estas contaban con tan sólo 500 jinetes). De esto se deduciría que probablemente lo que hubo fue una persecución pero apenas si llegaron a combatir los jinetes de uno y otro bando. ¿Fue una decisión premeditada que encerrase un pacto de Aníbal con sus veteranos fieles para salvarles el pellejo y con Escipión para poner punto final a la guerra?

Para responder a esta pregunta es preciso continuar el análisis. Aníbal plantea la batalla como un general romano con sus fuerzas en tres líneas de las que la última sería la más veterana. Esta idea parte del hecho de que el ejército de veteranos de Aníbal es el más experimentado de entre los contingentes púnicos disponibles, aunque los indicios apuntan a que de sus hombres originales (hispanos, libiofenicios y galos), no quedaba ni la sombra. Y en su mayor parte los soldados eran brucios que debían engrosar las filas de un ejército que prácticamente desde 216 sufría batallas de desgaste año tras año. Los hombres de Magón reclutados en Hispania, las Baleares, Liguria y el norte de África estaban integrados en una fuerza de combate desde 206, por lo que no contaban con menos de 4 años de experiencia. Son quizás los de Asdrúbal Giscón y Hannón, reclutados tras la batalla de los Campos Magnos, los que menos experiencia acumulan con algo más de un año.

Por otro lado no es cierto que fuese la primera vez que Aníbal actuase con distintas líneas que se relevan. En la batalla de Numistro contra Marcelo conocemos por Livio que actuó de esa manera. Luego quienes pretenden ver en este hecho un modo de actuación novedoso y atípico que escondería una oculta intención, ignoran este hecho.

Pero hay una clave en su concepción de la batalla, y esta reside en el hecho de que las líneas segunda y tercera rechazaban a los de las filas predecesoras que intentaban incorporarse a su dispositivo, obligándolas a dirigirse a las alas. Este detalle que ya he comentado, da la sensación que perseguía atraer a los romanos hacia el centro de la formación púnica y al mismo tiempo alargar las alas cartaginesas. Plantear una estrategia inicial de unas alas extensas, es algo visible que no iba a resultar. Por otra parte repetir un Cannas donde una disposición convexa de su centro es invertida a cóncava conforme los romanos presionan, tampoco parece que tuviese viso alguno de triunfar por ser conocida. Por ello Aníbal idea otra manera de lograrlo. Presenta líneas de longitud pareja a la romana pero que conforme retroceden se desplazan a las alas de las que están detrás de ellas. Aníbal puso su esperanza en que la persecución de sus líneas iniciales en retroceso metiera a los romanos contra el centro de su formación quedando aferrados. Y estas líneas propias, al no ser admitidas en el centro de la línea de retaguardia eran forzadas a dirigirse hacia los extremos de manera apresurada para evitar que los romanos les emparedasen. Lo que presentó Aníbal era una innovación táctica para lograr el mismo efecto que en Cannas. Un ejército que se mete al centro y es envuelto por las alas. Pero Escipión no cae en la trampa. Tras destrozar cada una de las dos primeras líneas, ordena el repliegue y el reagrupamiento de manera que el avance sea homogéneo. Y para compensar el crecimiento de las alas cartaginesas, desplaza a sus propias segunda y tercera líneas (princeps y triarii) hacia sus propias alas, de manera que no puedan ser flanqueados. Aníbal intentó poner el señuelo al ejército romano con el retroceso de cada línea, pero Escipión no picó el anzuelo. Lo intentó dos veces, con el repliegue de la primera y el posterior de la segunda línea. Bajo mi punto de vista, el general cartaginés trató de disputarle la batalla en todo momento y actuó conforme a los medios que tenía, que eran una superior infantería y una inferior caballería (a diferencia de Cannas).

Tal vez no fuese la intención de Aníbal dar el combate en ese momento, pero conocemos que hubo una campaña previa a la batalla. Que la iniciativa habría partido del general cartaginés al atacar Numidia Oriental. Tanto Livio como Apiano y Dión Casio, se hacen eco de la existencia de combates anteriores a Zama que habrían causado serias pérdidas al ejército de Aníbal. En concreto, parece que Aníbal cae en una trampa tendida por Escipión cuando lanza contra su ejército en retirada la caballería. Este hecho puede ser clave para que los cartagineses lleguen a Zama con su caballería mermada y en inferioridad frente a la romana.

Pero el hecho decisivo sería el problema de avituallamiento de las tropas púnicas y de la propia Cartago. Los romanos le habrían capturado un convoy de suministro, y pese a estar en territorio propio, sus tropas comienzan a sufrir escasez. El desabastecimiento de Cartago sería otro factor adicional que provoca que se presione a Aníbal para que se lance al ataque. Por último el movimiento de Escipión cortándole el paso cuando trata de mover su campamento a una colina, le obliga a quedarse en medio de un valle en una posición con mala retirada y al alcance del enemigo, lo que finalmente le fuerza a combatir. Luego nuevamente vemos como la habilidad de su oponente es la que desencadena los hechos.

Otro aspecto a considerar es la duración de la última campaña de Aníbal. Conocemos por Livio que el cónsul Cneo Servilio Cepión se movió a Sicilia con intención de llegar a África cuando el ejército cartaginés parte de regreso. Y que para doblegar su actitud se nombra a un Dictador. Esto significa que contando el tiempo necesario para que el cónsul se moviese a la isla desde el Brucio, el empleado en las comunicaciones entre Roma y el pretor en Sicilia, el gastado en el nombramiento del Dictador y nuevamente el de la comunicación entre Roma y Sicilia, la fecha en que el general cartaginés parte, probablemente sea a comienzos del año 202 a.C. Una navegacion normal entre el cabo Lacinio y Hadrumento no debiera prolongarse más de 3 semanas, por lo que el ejército de Aníbal pudo llegar en torno a finales de enero de 202. De ahí hasta mediados de octubre en que se produce la batalla, trascurre un periodo de 9 meses.

Su llegada debió ocurrir antes de concluir la tregua de tres meses pactada por Escipión y que de hecho los cartagineses rompen al llegar Aníbal, atacando a los embajadores romanos. Los primeros pasos conocidos de él son agrupar los distintos contingentes cartagineses en Hadrumentum, incluido el de Asdrúbal Giscón. Ignoramos cuando llegan las tropas de su hermano Magón, pero dado que los embajadores partieron de Cartago a la vez y que Magón huía tras ser derrotado en una batalla en territorio ínsubro, pero está significativamente más lejos que su hermano Aníbal, no es aventurado pensar que si la navegación fue normal el ejército de este pudiese llegar a África hasta casi un mes después que su hermano. Sabemos que Aníbal comienza a reclutar caballería llegándole efectivos desde Numidia Occidental. Es muy complicado que antes de dos o tres meses este nuevo ejército estuviese completo e iniciara operaciones, lo cual nos mete en la segunda quincena de abril, a unos 6 meses vista de la batalla definitiva.

De acuerdo a Apiano y Dión Casio, en este período, se produce el ataque de Aníbal a Numidia Oriental incluida la toma de varias localidades. Este movimiento pudiera estar vinculado a un intento de aliviar la presión de Masinisa sobre Vermina. En este sentido parece que el Senado de Roma había reconocido al númida como el rey de Numidia Oriental y de lo que pudiera apoderarse de la Numidia Occidental. Por este motivo es muy probable que en ese momento Masinisa estuviese en plenas operaciones contra Vermina, el hijo de Sífax, en pos de ampliar sus dominios territoriales. Vermina había prometido ayuda a Aníbal en forma de caballería. Así pues la ofensiva del general cartaginés cumpliría un propósito múltiple: auxiliar a un aliado, recibir el contingente de caballería prometido por este y desgastar al aliado romano en la zona.

Tras su ataque a Numidia Oriental se producen el enfrentamiento entre la caballería de Aníbal y el ejércio romano, además de la emboscada al convoy de suministros púnico. Tras esto hay una pequeña tregua después de la cual los ejércitos se ponen nuevamente en marcha. Escipión toma Partha y en las proximidades de Cilla o Naragara acampan los dos ejércitos. Se produce el intento de ocupación de una colina por Aníbal la noche previa a la batalla y finalmente el combate. La descripción de la campaña apunta a que Aníbal trató de privar a los romanos de su aliado Masinisa atacándolo primero, al tiempo que alejaba al grueso del contingente expedicionario romano de Cartago. Para ello ataca el territorio del aliado númida de Escipión, llegando a tomar la localidad de Narce. Esta circunstancia obligó a Escipión a salir a interceptar al ejército cartaginés en el interior del territorio. De ese modo la presión sobre Cartago debió decrecer aunque las menciones a la existencia de escasez de alimentos y la petición a Aníbal urgiéndole a actuar debido a esa causa por parte del Senado cartaginés, apuntan a que con un contingente reducido y su flota, Escipión fue capaz de mantener el cerco sobre la capital púnica.

Estas operaciones preliminares de Aníbal debieron culminar con la llegada de Escipión a la zona y la trampa que este último le tiende simulando retroceder, a resultas de la cual la caballería del ejército cartaginés debió sufrir un desgaste significativo que probablemente fue determinante en el resultado de la posterior batalla final. De acuerdo a Dión Casio, el combate se da cuando la caballería cartaginesa sale a acosar al ejército romano en retirada. Debido al desplazamiento de Aníbal desde la costa al interior, el desarrollo de operaciones en la Numidia masylia, la movilización del ejército romano desde Útica y el combate con la caballería, probablemente estemos hablando de un periodo trascurrido cercano a los 3 meses.

El hecho de que este combate inicial resultara victorioso para los romanos, aparte de las pérdidas sufridas, probablemente hizo que Aníbal se mostrase  más prudente antes de aventurarse a dar su siguiente paso. Eutropio también refrenda las derrotas del general cartaginés en África antes de Zama.

Hay una cita de Apiano que indica la escasez que pasa el ejército de Aníbal. Este sería el motivo por el que Escipión manda a su tribuno Termo a interceptar el envío de suministros con la intención de terminar de asfixiar a su oponente. Este hecho es contado también por Frontino que añade que Escipión quería acudir también al encuentro. Eso debió ocurrir aproximadamente un mes después del combate de caballería, para que su ejército pueda comenzar a sufrir en carne propia la escasez tras haber hecho botín en territorio enemigo (Numidia Oriental). Esto nos sitúa en torno a mediados de agosto. Otra posibilidad que veo más remota es que Termo atacase la cola del ejército cartaginés con la intención de recuperar el botín obtenido por este en Numidia. Pero la descripción de capturar completamente el convoy, causar 4.000 muertos y otros tantos prisioneros, cifra que otros autores elevan hasta los casi 14.000, apunta a una expedición independiente del ejército de Aníbal. Probablemente venía de Hadrumento dado que el propio Apiano indica que tras la batalla de Zama retorna a esa posición donde había dejado tropas a guarecer el tren logístico.

Apiano apunta  en este momento temporal a una petición postrera de Aníbal a Masinisa para intermediar por la paz, llegándose a un acuerdo que se rompe por el rechazo de la población cartaginesa. Esta nueva tregua explicaría el trascurrir de cuatro a cinco semanas, lo que nos colocaría a mediados o finales de septiembre. Cartago ordena entonces a Aníbal atacar debido a la escasez de avituallamientos que se padece. Se rompe la tregua.

Escipión toma la iniciativa y captura Partha aproximándose tras ello a Naragara. Esto indica que pese a esa posible tregua los dos ejércitos permanecen donde estaban antes de ella. Cerca de la localidad de Cella se produce la captura de 3 espías púnicos cuya devolución a Aníbal provoca una petición de parlamento entre Escipión y él. Fracasado este y tras un movimiento nocturno de ambos ejércitos en el que los romanos se anticipan, el ejército púnico queda en tan mala posición que acepta un combate al día siguiente.

Dión Casio y Apiano presentan un combate final forzado por Escipión frente a un Aníbal que inicialmente no aparentaba querer darlo, pero al que se ve en última instancia abocado.

Bibliografía

«Ab Urbe Condita».  Tito Livio

«Historias». Polibio de Megápolis

«Las guerras púnicas». Apiano de Alejandría

«Historia de Roma». Dion Casio

«Epitome Historion». Zonaras

«Estratagemas». Frontino

«Breviario de Historia de Roma». Flavio Eutropio

«Fastos». Ovidio

“Egyptian Royal Genealogy, 203 B.C.» Chris Bennett

12 pensamientos en “Batalla de Zama

  1. Me parece un análisis excelente y muy detallado de una batalla tan importante como Zama. El choque de los dos mejores generales de la época.

    Quería contrastar lo que aquí se dice con lo que apunta Gisbert Haefs en su libro «Aníbal»

    Según el, previamente al choque inicial hay varios cambios en la formación de los ejércitos, intentando responder cada estratega a la disposición del contrario. No se si esto aparece en alguna fuente más.

    Otra cosa en la que parece discernir es en la composición de las fuerzas veteranas de Aníbal. Haefs si las considera formadas en su mayoría por soldados experimentados de las guerras de Italia. Por ello les atribuye más peso en el combate que el que se les da en este artículo, afirmando que el combate se estaba decidiendo por el lado cartaginés cuando vuelve la caballería romana.

    Por último yo no estoy del todo de acuerdo en la asignación que hace el artículo de las bajas y los prisioneros en el ejército cartaginés. Parece un poco excesivo y arriesgado decir que la mayoría de las 2 primeras líneas fueron caídos, cuando se sabe que huyeron y tuvieron que ser reagrupadas en las alas, es lógico pensar que bastantes de ellos pudieron no reagruparse y huir. Además en el posterior combate el centro compuesto por los veteranos sufrió el grueso del ataque de la infantería y la caballería romana. En mi opinión es arriesgado pensar que no sufrieran apenas bajas constituyendo el centro de una formación sometida a una carga frontal y otra por la retaguardia.

    • Hola Miguel:
      En primer lugar agradecerte el comentario. Espero que leas los otros artículos y te animes a dejar tu opinión. No conozco la obra de Haefs y por tanto no sabría decir en que se basa para apoyar sus impresiones sobre el desarrollo de la batalla, pero acabo de buscar en INTERNET y veo que es una novela histórica, por lo que debes tener presente que el autor, por bien documentado que esté, se tomará sus licencias literarias. En los ensayos de historia, cada persona, leyendo las mismas fuentes, puede interpretarlas de distinta manera o perderse un matiz que pueda llevar a que apunte en una dirección diferente. Las fuentes clásicas son muy limitadas en número y en la descripción de los hechos, y muchas veces son incestuosas unas de otras, por lo que hay que ser prudente a la hora de extraer conclusiones. Hay que distinguir entre fuentes primarias, en este caso los autores clásicos, de los que ninguno fue contemporáneo de los hechos que se narran, y los autores «modernos», principalmente de un siglo y medio a esta parte, cuyas interpretaciones se basan en dichos autores clásicos y en las evidencias arqueológicas o geográficas que se hubiesen podido descubrir hasta el momento en que escribieron sus obras. Para el caso concreto de la batalla de Zama, no tengo constancia de hallazgos arqueológicos. Y los análisis geográficos que he podido leer, se basan principalmente en la descricpión que hacen de los hechos dichos autores clásicos y el estudio del terreno con las actuales herramientas SIG.

      En esto último, el artículo no está demasiado elaborado pues no dediqué mucho tiempo a estudiar la zona aunque fuese con Google Maps. Y los mapas que hice son muy mejorables. De hecho de algunas de las ciudades que se nombran no hay certeza de su emplazamiento, por lo que su posición ha sido más bien esquemática para apoyar el hilo narrativo.
      Adicionalmente todo lo que rodea el enfrentamiento entre Escipión y Aníbal ha estado tradicionalmente sujeto a la pasión y filias que ambos personajes despiertan. El general cartaginés cuenta con una legión de seguidores, cuya capacidad de análisis a veces se ve cegada por su simpatía hacia él y ante relatos pormenorizados de autores romanos que dejan en entredicho su fama de invencible hasta Zama (apoyada principalmente en una afirmación de Polibio citada por Plutarco en la Vida paralela de Pelópidas y Marcelo), sólo oponen una fé ciega en el autor griego y lo contado por él, despreciando al resto de historiadores. En mi opinión el mejor análisis debe tener en cuenta todas las fuentes, que en la mayor parte de casos son complementarias y sólo en muy contados episodios entran en abierta contradicción. Y por supuesto tener la frialdad de no identificarse con un bando o personaje concreto. Mi relato está basado principalmente en Apiano. Este autor da un relato táctico más desarrollado que los demás, con más nombres de mandos y más movimientos, aunque a mi juicio yerra cuando describe enfrentamientos directos entre los líderes principales, seguramente por darle un carácter épico que le hace perder credibilidad.
      Pero sobre todo, ten presente que Haefs es un novelista, no un historiador, y por lo tanto puede adaptar lo que dicen las fuentes a sus necesidades narrativas para construir una historia atractiva que enganche a sus lectores.

      Con estas salvedades, paso a responderte los temas que planteas. Sobre movimientos iniciales previos a la entrada en combate, el único que citan las fuentes es la disposición en columnas de los manípulos romanos, pensando en la embestida de los elefantes. Por parte cartaginesa no me consta ninguno. Aunque Polibio habla de escaramuzas de la caballería númida de ambos bandos previas a la carga de los elefantes, y es quizás estos dos puntos los que inspiraron a Haefs.

      Respecto al peso de los veteranos italianos ten en cuenta que la infantería del ejército de Aníbal en Zama está compuesta en un tercio por veteranos de su hermano Magón, en otro tercio por las fuerzas púnicas que aún le quedaban a Cartago tras enfrentarse a Escipión durante los dos años previos anteriores junto a levas recientes y 4.000 macedonios enviados por el rey Filipo, y por último, el tercio de tropas veteranas de Italia de Aníbal.
      -Del contingente de Magón, una parte combatió en Hispania y su totalidad en Liguria y Galia contra los romanos. No eran novatos pues, sino tropas con una notable experiencia.
      -Los restos del ejército púnico en África estaban reforzados por 4.000 macedonios, que debían ser veteranos de la recientemente terminada 1ª Guerra macedónica. Y salvo los que pudieran ser levas recientes, el resto también tenía experiencia de combate contra los romanos. Aunque es cierto que quizás eran los menos experimentados del total de tropas cartaginesas.
      -Los veteranos de Aníbal eran principalmente brucios, pues de los combatientes hispanos, libiofenicios y galos que iniciaron la guerra con él hacía 16 años, debían de sobrevivir ya muy pocos. El Brucio se rebeló a favor de Cartago a finales del año 216 a.C. Eran también gente que llevaba muchos años combatiendo y sobre todo que conocían muy bien a su general.
      Como se puede apreciar, ninguno de los tres grupos eran nuevos en estas lides. De hecho, Polibio y Apiano dicen explícitamente que en algún momento la primera línea cartaginesa hizo pasar apuros y causó daño a la primera línea romana. En varios de los autores clásicos hay un común denominador y es que el enfrentamiento de infantería tuvo tres fases: En la primera los hastatii doblegaron a los veteranos de Magón, en la segunda, con el refuerzo de los princeps superaron a la milicia cartaginesa reforzada por los restos de la primera línea y en la última, hastatii y princeps junto a los triarii, lucharon contra los veteranos de Aníbal engrosados con los restos de las otras dos líneas.
      Respecto a si en esta fase los soldados de Aníbal se imponían, te pongo textual las palabras de Polibio «…A pesar de estos inconvenientes, hace conducir los heridos detrás de la formación, da la señal a los hastatos que seguían el alcance para que se retiren, los aposta de parte allá del campo de batalla al frente del centro enemigo, y bien condensados los príncipes y triarios sobre una y otra ala, les ordena avanzar por encima de los muertos. Una vez estuvieron éstos del otro lado formados al igual con los hastatos, vienen a la carga las dos falanges con el mayor ardor y valentía. Como de una y otra parte el número, la arrogancia, el valor y las armas eran iguales, la acción estuvo indecisa por largo tiempo, obligando a cada uno la obstinación a morir sobre su puesto; hasta que finalmente volviendo del alcance Massinisa y Lelio con su caballería, llegan oportunamente al tiempo preciso, atacan por la espalda a Aníbal, y pasan a cuchillo la mayor parte de los suyos en sus mismas filas.»

      El relato de Livio junta la llegada de la caballería con la lucha contra la segunda línea:
      «…En cuanto Escipión observó esto, ordenó que tocasen a retirada para los asteros y, tras llevar los heridos a retaguardia, situó a los príncipes y triarios en las alas, para que los asteros del centro se vieran apoyados y protegidos por ambos flancos. Así comenzó nuevamente la batalla por completo, pues los romanos lograron por fin llegar hasta sus auténticos enemigos, que estaban a su altura en armamento, experiencia y reputación militar, y que tenían tanto que ganar y que temer como ellos mismos. Los romanos, sin embargo, tenían superioridad en número y en confianza, pues su caballería había derrotado ya a los elefantes y ellos estaban luchando contra la segunda línea del enemigo después de derrotar a la primera.
      [XXX.35] Lelio y Masinisa, que habían seguido a la derrotada caballería hasta una distancia considerable, regresaron ahora de la persecución en el momento justo y atacaron al enemigo por la retaguardia. Esto decidió finalmente la acción. El enemigo fue derrotado, muchos resultaron rodeados y muertos en combate, los que se dispersaron huyendo por campo abierto fueron muertos por la caballería, que ocupaba todas las zonas. Más de veinte mil de los cartagineses y sus aliados murieron en ese día, y casi tantos fueron hechos prisioneros.»

      Apiano distingue las diversas fases del combate y en lo relativo a los veteranos de Italia dice «…Por consiguiente, desesperanzado de estos, se volvió hacia los italianos que habían venido con él, y que estaban todavía en reserva y no desmoralizados. Los guió a la lucha, con la esperanza de que cayesen sobre los romanos que les perseguían desordenadamente. Pero ellos percibieron sus intenciones, y velozmente llamaron uno a uno a retroceder en la persecución y restaurar la línea de batalla. Como su caballería no estaba ya más con ellos y estaban sin armas arrojadizas , lucharon espada en mano en combate cerrado. Siguió una gran matanza con inumerables heridos, mezclados con los gritos de los combatientes y los gemidos de los moribundos, hasta que finalmente, los romanos se impusieron y pusieron también en fuga a estos. Así fueron los destacados hechos de este enfrentamiento.»

      De estos relatos yo no deduzco que los italianos de Aníbal se estuviesen imponiendo cuando llegó la caballería y creo que deriva más bien de una interpretación «procartaginesa» de la igualdad descrita por Polibio.

      Por último, lo de las bajas concentradas en las dos primeras líneas lo hago en base a la narración de Polibio:«Pero los centuriones de los príncipes que advirtieron lo que ocurría, les opusieron sus manípulos, con cuyo refuerzo pereció la mayor parte de los mercenarios y de los cartagineses, unos a manos de los suyos mismos, otros a manos de los hastatos. A los que se salvaron y escaparon del peligro, lejos de permitirles Aníbal que se incorporasen con sus tropas, ordenó a la primera fila presentarles las picas para no dejarlos arrimar; de que provino verse obligados a retirarse por los costados a campo raso. El espacio que mediaba entre los ejércitos quedó cubierto de sangre, muertos y heridos, de que resultó a Escipión un grande embarazo; porque el cúmulo de los muertos, el montón de los que caídos estaban revolcándose en su misma sangre, y la confusa mezcla de armas y cadáveres esparcidos por todas partes, venían a hacer intransitable el paso a los que se hallaban formados. A pesar de estos inconvenientes, hace conducir los heridos detrás de la formación, da la señal a los hastatos que seguían el alcance para que se retiren, los aposta de parte allá del campo de batalla al frente del centro enemigo, y bien condensados los príncipes y triarios sobre una y otra ala, les ordena avanzar por encima de los muertos. Una vez estuvieron éstos del otro lado formados al igual con los hastatos, vienen a la carga las dos falanges con el mayor ardor y valentía»

      Como se ve en el relato, la mortandad fue tan grande que la cantidad de cadáveres dificultaba el avance. Por otro lado la frase destacada alude explícitamente a que la mayoría de los componentes de las dos primeras líneas cartaginesas murieron. Lo que unido a que entre ambas habría no menos de 24.000 hombres, y que una parte de los supervivientes además fueron a las alas donde se debieron oponer a las tropas de refresco romanas de princeps y triarii, me hace pensar que de los 20.000 muertos cartagineses, la mayoría fue de estas dos líneas. Además Livio no llega a describir lucha con la tercera línea. De hecho en su texto, cuando llega la caballería parece que los romanos estuviesen aún con la segunda línea enzarzados. Todo lo cual me hace pensar que esa llegada de la caballería llevó a una rendición generalizada de unas tropas que a fin de cuentas, y una vez abandonada su casa en el Brucio, no tendrían demasiado interés en dejarse la vida, que era lo único que les quedaba. Pero bueno, esa es mi opinión y en lo que la baso. Por desgracia la ausencia de datos más precisos hace que ser concluyente sea un tanto aventurado.

      • La batalla de Zama es crucial en la historia mundial. Roma se erige en el mundo gracias a ESCIPION. Sus legiones, aliados itálicos y la caballería númida tienen una actuación excelente gracias a la cohesión. Pero ANIBAL y sus tropas tuvieron una actuación excelente también y cayeron valerosamente.

  2. La causa de la derrota de Aníbal en Zama fue la falta de cohesión del ejercito cartaginés. La segunda línea estaba conformada por ciudadanos, gente levada y patriotas que acudieron al llamado de su héroe, demostrando mucho coraje y conteniendo a las legiones. El error que cometió Aníbal, para mi, fue esperar que las dos primeras lineas desestabilizasen al ejército romano. Si atacaba, fijo que se llevaba el triunfo. Esperó mucho. La diferencia de efectivos era ligerísima para los cartagineses. Los caídos puede ser que fueran 20.000 aunque para mi debieron ser más. Que los romanos tengan pocas bajas, ni 5.000, es mentira pues la lucha fue encarnizada. Por último, que la tercera linea de vetereranos de Aníbal, mayormente conformada por los valientes BRUCIOS, se rindiera sin dar pelea, es mentira. Lejos de su patria les esperaba la muerte o la esclavitud, ¿o no sabemos como los romanos castigaban a los traidores y las sublevaciones? ROMA FUE LA DUEÑA DEL MUNDO gracias a la cohesión y tenacidad de su gente, al contrario que CARTAGO donde la envidia y la desunión fue el pan de cada día.

  3. Buenas

    Es espectacular este artículo, un análisis muy completo de esta batalla que probablemente cambió el mundo. Estoy diseñando un juego de mesa que espero tener publicado y disponible en noviembre de este año 2014, y me gustaría pedir permiso para incluir parte de estos contenidos en la web oficial del juego.

    Gracias

    • Hola Raúl:
      La batalla de Zama fue la última de la guerra y supuso el fin de la misma. Cartago albergaba la esperanza de que su héroe Aníbal pudiera mejorar la situación. Ya tenían un acuerdo de paz con los romanos el cual faltaba por rubricar. La guerra estaba prácticamente perdida en todos los frentes. En Hispania sus fuerzas habían sido expulsadas, en el norte de Italia Magón había sido derrotado y sus tropas se replegaban a la Liguria Ingauna. Aníbal estaba arrinconado en el Brucio en el extremo suroeste de la península y cada vez menos plazas se mantenían fieles a él. En África Escipión se encontraba a las puertas de Cartago. Antes de firmar deciden jugar su última baza con la vuelta de Aníbal. Si este derrota a los romanos en África, podrían mejorar sus posiciones cara a renegociar el acuerdo. La derrota en Zama certifica la victoria romana y fuerza a los púnicos a firmar definitivamente la paz. Una paz que relega a Cartago de su estatus de potencia a país subordinado. Renuncia a sus posesiones en Hispania, a hacer la guerra en África sin consentimiento de Roma y a tener una flota militar que pueda hacer sombra a la romana. Para Roma, por el contrario, la victoria en la segunda guerra púnica (de la que Zama es sólo el último episodio), supone eliminar a la única potencia capaz de hacerle sombra. A partir de ese instante Roma se expandirá en el mundo occidental en una serie de campañas que se extenderán durante los siguientes 150 años, que la llevarán a configurarse territorialmente como el gran Imperio en torno al Mediterráneo y Europa Occidental que fue. En cierto modo esta victoria en Zama es el pistoletazo de salida en esa expansión.
      La misma se inició con los flecos que había dejado la segunda guerra púnica: Rebeliones indígenas en Hispania, apoyo macedonio a Cartago en los Balcanes y rebeliones de los galos cisalpinos y ligures en el norte de la península itálica.

  4. Gran trabajo de investigación histórica el tuyo Marcelo, gracias por compartirlo.
    Opino que Aníbal fue obligado por las circunstancias a dar batalla en malas condiciones de avituallamiento, esto suele pasarse por alto, pero estar bien alimentado y descansado es crucial en un combate.
    En lo anterior tuvo mucho que ver Escipión en las maniobras previas a Zama, el cual, aunque tal vez no tenía tanto carisma como el Bárcida, demostró ser tan inteligente como él.
    Ya dentro de la batalla veo tres claves: La primera que Escipión ideó una exitosa táctica para desembarazarse de los elefantes; la segunda que no cayó en la trampa de atacar ciegamente por el centro, retirando su infantería para reorganizarla -evitando repetir el error de cannas- y la puntilla fue el ataque de su caballería númida por la retaguardia de las filas cartaginesas; que la caballería ataque por la espalda a una infantería implicada en extenuante lucha frontal es muy mala cosa.
    Yo diría que seguramente los 20.000 muertos sean algo exagerados -como en casi todas las batallas de la antigüedad los cronistas tendían a exagerar los resultados- no así los heridos o rendidos.
    En definitiva, que Aníbal encontró finalmente a la orma de su zapato tácticamente hablando.
    Salutem

    • La mayor parte de autores ignora la existencia de una campaña previa a Zama por parte de Aníbal en África y los acontecimientos que sabemos de la misma. Una de las mejores fuentes seguramente es Zonaras, Epitome Historion, 9, 13-14. Cuenta que Aníbal, después de desembarcar, invadió con éxito el país de Masinissa. Y que estas noticias llegaron a Roma, lo que habrían motivado el intento de refuerzo con una flota del cónsul Nerón.

      Para evitar que le robaran la gloria, Escipión se habría movilizado al comienzo de la primavera contra su enemigo saliéndole al encuentro. Esto supone que Aníbal habría abandonado Italia a comienzos del año 202 a.C. (al final del consulado de Servilio Cepión y Servilio Gémino), de modo que le diera tiempo a iniciar la mencionada campaña contra Numidia Oriental antes de acabar el invierno. Ya nombrados los nuevos cónsules en los idus de marzo, uno de ellos (Nerón) habría intentado implicarse en las operaciones.

      Sería entonces cuando Escipión consigue engañar a Aníbal con una falsa retirada hacia Útica, haciendo que este mande contra él a su caballería, a la cual logra derrotar el romano. Tras esto, un tribuno de Escipión atacaría el tren de suministro del general cartaginés capturándolo. Esto habría desmoralizado a los púnicos, lo que habría llevado a Aníbal a parlamentar con Escipión a través de Masinissa sin éxito. Tras tratar de mejorar sus posiciones en el terreno, los cartagineses habrían sido forzados a quedar en un valle, lo que llevó a que finalmente se produjera el enfrentamiento.

      Esta narración supone una campaña más extensa de lo que siempre aparenta, en la que Aníbal toma la iniciativa con su ataque exitoso a Numidia, pero la pierde tras perseguir a Escipión y sufrir una severa derrota su caballería. Luego la inferioridad en caballería que se vería más tarde en Zama sería consecuencia directa de este enfrentamiento. E igualmente el hecho de tener que enfrentarse en la batalla final es producto de otro acierto de Escipión al dejarle sin suministros y en una mala posición en el terreno.

  5. La batalla de Zama fue una batalla táctica, Escipión 3 filas y Aníbal 3 filas. Prácticamente la misma cantidad de caballería

    Aníbal apuesta su primera carta, atacan los elefantes, Escipión manda abrir brechas para el paso de las bestias y éstas son acechadas con jabalinas por doquier. Vuelven en estampida.
    1 a 0

    Aníbal hace segunda su jugada, manda a la 1ra linea de hispanos y galos chocar con los hastati, éstos pierden fuerza y se encurvan desde la izquierda, Escipión manda a parte de su 2da línea a socorrer y enderezar la curva. Mientras la caballería númida vence a la cartaginesa.
    2 a 0

    Ahora Aníbal manda a su primera línea que retrocedan hacia los flancos, tratando de repetir Cannas. Escipión contragolpea mandando a sus príncipes a corregir la mortal medialuna desde los flancos. La 2da linea cartaginesa llena de cartagineses y hoplitas griegos gana terreno y llevan ahora la ventaja.
    2 a 1

    Aníbal en ventaja intenta alargar su medialuna, envía a los brucios hacia los extremos. Escipión manda a sus expertos triarii a corregir una vez mas el 2do intento de Cannas. Esta vez lo logra y para mejor, la caballería golpea desde la retaguardia fenicia para rematar. Huyen los cartagineses.
    3 a 1

    Los hastatii los persiguen, pero el sabio Escipión reagrupa a sus fuerzas y reinicia un nuevo golpe. En inferioridad numérica, los cartagineses son empujados hacia los costados, dejando un paso para Aníbal. Éste se dirige hacia ahí, pero Escipión vuelve a reagrupar a sus fuerzas y embiste de lleno. Los cartagineses caen definitivamente y huye Aníbal
    4 a 1

    Final de la batalla y de la guerra
    Primera y única derrota de Aníbal

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